sueño y descanso en pacientes oncológicos

Sueño y descanso durante el tratamiento oncológico

Los pacientes con enfermedades como el cáncer suelen padecer problemas de sueño. Sufren alteraciones en la duración (tanto por exceso como por defecto) y en la calidad del descanso. Dormir bien garantiza que nuestro cuerpo reciba la dosis de descanso que necesita a diario para recuperar energía. Además, ayuda a mejorar la reparación celular y de tejidos, así como el funcionamiento del sistema inmunitario. Esto, a su vez, contribuye a que el organismo esté mejor preparado para hacer frente a los síntomas del linfoma y los efectos secundarios del tratamiento. Por ello, es especialmente importante incidir en una buena calidad de sueño y descanso durante el tratamiento oncológico.

Sueño y descanso en personas que reciben tratamiento oncológico:

En primer lugar debes saber que sueño y descanso no son lo mismo. Según un artículo publicado por la AECC, el descanso físico lo podrás conseguir interrumpiendo tus actividades diarias buscando un momento y un lugar para poder estar relajado, tumbado o en una postura cómoda. El descanso sensorial lo conseguirás mediante el silencio, cerrando los ojos y destensando tus músculos. El descanso emocional se consigue disminuyendo la realización de actividades y buscando un lugar donde te sientas cómodo y tranquilo, y el descanso mental se logra separando la mente de cualquier actividad intelectual, tratando de «desconectar» de los problemas y preocupaciones.

Por otro lado, el sueño (dormir) solo existe cuando ha cesado la conciencia.

  • Nos permite sentirnos bien mientras dormimos y durante las horas del día
  • Un buen descanso nocturno es una excelente manera de mejorar tu estado de ánimo durante el día
  • Recuerda que una mala noche de sueño tiene claros efectos en las tareas que realizamos durante el día. Dormir mal influye directamente en el tumor y te hace sentir cansado e irritable
  • Para poder tener la sensación de haber dormido bien y descansado durante la noche, no solo es importante el número de horas, sino también la calidad de las mismas

Las horas de sueño necesarias para sentirte bien son variables en cada persona. Hay personas que necesitan dormir 8 horas para sentirse bien, otras que necesitan 10 y otras que con 4 o 5 se sienten descansadas física y mentalmente. Generalmente, la mayoría de las personas descansan entre 6 y 9 horas, pero no es algo matemático.

También es cierto que nuestros malos hábitos influyen de forma negativa en nuestro organismo. Por ello, conseguir mantener unos hábitos adecuados al acostarnos es uno de los principales factores que influyen en la calidad de nuestro descanso.

Insomnio y pacientes oncológicos

La imposibilidad de conciliar el sueño es uno de los trastornos más comunes en pacientes oncológicos. Un informe publicado por EuropaColon España confirma que hay estudios que indican que un 50% o más presentan problemas de sueño y que entre el 30 y el 50% de personas recién diagnosticadas de cáncer tienen dificultades para dormir.

La preocupación por la enfermedad, los tratamientos oncológicos, ciertos fármacos y otras circunstancias como síntomas menopáusicos, respiratorios o digestivos agudizan el insomnio. Las consecuencias son fatiga, alteraciones cognitivas e incluso un aumento del dolor. Estos problemas de sueño no solo alteran la calidad de vida de los pacientes con cáncer, sino que también llegan a interferir en su percepción de la enfermedad, en su forma de afrontarla e incluso en los tratamientos. Por ello, es importante acudir a los especialistas ante los primeros síntomas para un abordaje precoz.

Recomendaciones para dormir mejor

Si tienes problemas para dormir, debes saber que los problemas de sueño son un síntoma, no una enfermedad y que será necesario saber qué te está pasando y los motivos por los que no puedes dormir. Para ello, desde la Asociación Española Contra el Cáncer nos dan una serie de recomendaciones y consejos para dormir mejor:

  • Lo primero que debes hacer es acostarte en cuanto aparezcan los primeros signos de sueño.
  • Si no puedes dormir después de unos 20 o 30 minutos, levántate y cambia de lugar. Puedes aprovechar para leer o ver la televisión, o realizar alguna actividad que no requiera mucho esfuerzo físico.
  • Procura dormir el número de horas que necesitas.

Hábitos que favorecen condiciones para dormir bien:

  • Disponer de una buena cama. Utiliza una almohada que mantenga la espalda alineada.
  • Una habitación cómoda, oscura, sin ruidos y con una temperatura adecuada (18-22 grados).
  • Cuida tu alimentación. No te vayas a la cama con el estómago vacío, pero tampoco con el estómago lleno o tras una cena muy pesada.
  • Toma un baño con agua caliente y un vaso de leche templada. Promueven el sueño.

Hábitos que disminuyen la excitabilidad y activación de nuestro sistema nervioso:

  • Evita los estimulantes (cafeína, nicotina, etc.) y el alcohol.
  • Haz ejercicio de forma regular. No obstante, evita realizar ejercicio cerca de la hora de dormir ya que puede activarte. Se recomienda realizarlo durante la primera mitad del día.
  • Intenta aparcar los problemas antes de dormir. No consultes los problemas con la almohada. Es mejor intentar descansar y resolver los temas pendientes al día siguiente, una vez hayamos descansado y estemos más despejados.

Hábitos que ayudan a mantener ritmos y horarios:

  • Marca tu horario de sueño como una rutina, es decir, intenta acostarte y levantarte todos los días siempre a la misma hora.
  • Evita dormir durante el día si tienes problemas de insomnio. Intenta no dormir siesta, pero si lo necesitas, no duermas más de 20 minutos. Puede alterar la capacidad de dormir bien por la noche.
  • Utiliza solo la cama para dormir. Aunque el sofá o el sillón también pueden ser utilizados para el descanso, la cama te garantiza una buena postura física y te ayudará a descansar.